Horizonte de Sucesos.
Mi lema era, hace un tiempo: "Ayudar a otros para ayudarme a mi mismo". Por desgracia, solo era un pobre tonto. Incapaz de entender otro color que no fuera el mío. Atrapado en un callejón que apunta al cielo. Y quien, siendo joven y estúpido? Alguna vez no se ha caído? Por desgracia, cuando le vi las orejas al lobo. Ya no tenía fuerzas para elegir camino. Ni siquiera para alzar el puño. Y decir, este soy yo! Esto es mío! Tiempo! Yo, dios! Te desafío. Solo pensaba: Ha sido divertido. Y para que negarlo, si es cierto. La tempestad se llevo el puño y el cuerpo. Y el tiempo, quiso golpear sin aviso. Y la losa de piedra negra... cayó. Los años convergieron y el velo se rasgó. Y ahora, sin tiempo, lo veo todo. Y lloro por ella, y por ella, y por ella en concreto. Y aunque a una la amo. Al resto las quiero. Y el mundo sigue girando. Pero yo, idiota aturdido. Ya no estoy en el centro. Porque solo soy una mota de polvo. En la curvatura de tu pecho. Y allí