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Mostrando entradas de marzo, 2019

Y yo que se como se llama. Si ha salido sin permiso!

Encendidas las estrellas. Pude ver la luz entre las columnas. Tu misterio, llamaba. Pero yo era un niño. Con la plata en lo alto. La bala del deseo pasó rozando. El rechazo de mis creencias Que buscaban tu regazo. Exprimido y quemado el tiempo. Te vi pasar, luz de la mañana. Tendida sobre la pradera. Y dije: Esta vez no se escapa. Y encendidas las estrellas. Me hiciste olvidar a la luna. Porque la sombra entre tus piernas. Me hizo perder la locura.

Mientras regresa la luz...

Veo que te has caído. Sin frenos, en el lodo. Veo que te has deshecho las manos. Y que perdiste hace ya tiempo el aliento. Mas no desesperes. Volverás a levantarte. Mientras, escucha estos versos. escritos para acunarte. Siento que estás lejos. Al otro lado del Espejo. Donde las sombras están llenas de espectros. Y el sol hace tiempo que se ha puesto. Pero no te rindas. Las montañas y las hojas. Bailan, juntos todos sus átomos. Una danza de armonía. Acércate cuando la luna desaparezca. Te sostendré mientras regresa la luz. La vida ya era dura antes de que anocheciera. Por eso te entrego mi amistad. Que su luz sea tu candil. Y que la llama que arde en ti. Despierte, ilumine el otro lado del Espejo. Hasta que la lluvia negra nos separe. Y la danza comience de nuevo.

Malle

Resuena en las montañas el eco de los días perdidos. Están ahí afuera, no puedes oírlos? Algún día podrás levantar la inmensa losa de la certeza que te cubre. Mirar hacia arriba. Rompiendo las vértebras forjadas en concepciones mientras el rayo de la revelación ilumina con fuerza la tiniebla de la noche atormentada. La verdad descansa en las aguas muertas, ajenas al paso del tiempo. Tu no lo entiendes pero las partículas que te componen se han unido al entenderlo. Tu sangre, tu piel, tu alma. Todo existe como un constructo de propósito que no puedes desentrañar. Porque tu realidad no revela sus secretos. Algún día te levantarás. Creyendo que todo es un océano de sueños encadenados. En el que las olas son la fuerza que mueven todos tus creencias y actos. Despertarás con el corazón casi apagado, encogido. Con el cuerpo ya oxidado. Y en ello, el velo que cubre la verdad ya no puede sustentarse. Caerá. Como todos caímos, caemos y seguiremos cayendo. Con la fuerza de mil montañas, el

Esperanza...

Esperanza... En esa puerta a punto de cerrarse. En el pequeño barco que sueña con el muelle. En el rayo de sol que no se esconde. Las semillas que brotan en tus campos. El aroma de la vida  en tus misterios. El chillido al abandonar los acantilados. Es el verde en las altas montañas. Rojo en el calor de las mañanas. La promesa de un mar sin plásticos.

Canto a la Tormenta

Llega primero, en la calma... el viento. Que con fuerza arrastra... hojas muertas. Sin piedad asesinadas... por el tiempo. Mira como crujen y se agitan las ramas... llamando a la piedad del cielo. Trueno lejano que rompe el alba... heraldo. Grito del cielo gris que anuncia... furiosa lluvia. Trazado por la mano de la diosa... El relámpago! Que contra el suelo restalla... con la estampida del trueno! Mira como en la distancia... Arde el bosque. En injusta penitencia... Por el toque del rayo! Y el agua, que al instante sana... Con el beso de la tormenta. Y se ríe el viento agitando a la marea! De los tristes navegantes que mueren en la galerna. Aúllan las furias unidas de la tormenta... Y el bosque rinde tributo. Danza el agua en las agujas de lluvia... Cruje el trueno al partirse el cielo! Y ríen los muertos que despiertan a la vida! Rindiendo tributo a la iracunda diosa. Que al mar guarda como su dominio. Y que a los intrusos con tanto ahínco acosa.