La Agonía del Corazón (VII): Con plomo (I)
Hola soy yo, si, yo mismo. Me presento sin avatares. Sin metáfora ni adorno Sin flautas ni timbales. Me duele hablar y escribo en negro. Y este poemario se construye con pesares. Pero ahora, soy yo desde detrás del espejo. Y vengo a hablaros de mis males. Perdí a mi padre, me quedé tirado... Pasé una tarde entera mirando los árboles. Sus hojas, secas en un verano de otoño Se las llevaban vientos imposibles. Manos diestras me apretaron el hombro. Con las siniestras hundiendo puñales. Lenguas sedosas lamieron mi cuello Pero todas salían de picos de buitres. Mi corazón se erosionó Cristalizado por presiones fatales Y al tragarmelo me desgarró De ahí vienen todas estas cicatrices. No soy insensible al dolor ni al vacío. Muchas veces he traspasado esos umbrales. Pero nunca he caído tan abajo Ni siquiera puedo ver las antiguas señales. Mi pluma es el remo que uso para avanzar por el abismo En este oscuro mar sin islas ni horizontes. Estoy tan destrozado que ya no soy ni alimento Para lo