La Agonía del Corazón: Sobre vivida introducción

 Las espinas se mueven al ritmo de mis latidos.

Y por más que mires, no verás más que abismos.

Son los huecos de las balas que lanzaron los sucesos.

Son ausencias que poco a poco se comerán mi razón.


Al marchar, te dije que cerraras los caminos.

Te dije muy claro, que cerraría mis ojos.

Pero el dolor brota formando lagos salados.

Donde se ahogará sin remedio mi corazón.


Cuando mis gritos alcancen vuestros oídos.

Girad la cabeza, no sigáis mi voz, no busquéis mis pasos.

No intentéis encender antorchas, ya no tengo ojos.

Ni sentidos, ni alma, ni armas, ni nación.


Porque todo se derramó a través de los agujeros.

Esos abismos que ya no buscan compañeros.

Porque ahora mismo ya no hay sitio para todos.

Porque ya no queda nada más allá de vacío y confusión.

 

Y cuando veáis que alzo hacia vosotros mis manos.

¡Huid! No quiero arrastraros hasta mis pozos.

No quiero que por salvarme os hundáis en mis abismos.

¡Dejadme! Mi salvación no es más que una ilusión.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Todo va a ir bien...

A merced do lobo. (Galego)

Y si te caes...