La Muerte del Corazón (XIV): Quiebro de Caracoles.

Sigue el camino, síguelo hasta el final.
Pero el camino es largo y está sucio.
Es tierra que cruje al andar y se mete...
entre mis pies descalzos que duelen...
cuando no puedo más.

Y alguien dice: el camino es duro y hay que andarlo.
Y alguien ríe, ríe porque está prohibido llorar.
Un payaso de traje blanco que sigue el camino...
sin tener siquiera pies para andar.

Ojalá pudiera dar la vuelta
para volver la vista a un mañana que no llegará
Una luz escondida en lo profundo de los túneles
que se hunden entre las nubes hasta morir detrás...
donde la luz casi se podía agarrar.

Entendedme, seguimos el camino que nadie puede acabar.
En vida, buscando fingiendo calma una luz distante.
Y en la muerte, desapareciendo en la lejana oscuridad.
Mientras tanto, alrededor nuestra va quedando atrás...
todo lo que una vez llegamos a amar.

Algunos caminan despiertos, otros no dejarán de soñar.
Yo solo oigo el quiebro de caracoles
cuando mis sandalias les dan la nota final.
Otra alma aplastada en medio del camino
otra por la que nadie llorará.

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