La Muerte del Corazón (XV): Plegaria a la santa inexistente
Es tu lluvia la que se lleva mis penas
Que son de musgo y piedra
Como si fuera cristo, lavas mi herida
Como si fuera cuerdo, lees mis poemas.
Dime: ¿Por qué ahora cae aguanieve?
Si yo sigo podando tu recuerdo en mi jardín.
¿Es porque tu distancia pone el frío?
¿O porque el sol ya no sale para mi?
Llueve, llueve mi corazón en la herida, llueve.
Aunque llueva tan frío que sea nieve, derrama...
Lágrimas que no son por algo que nunca fue.
Mientras rezo otra noche en el altar que un día...
También fue tu cama.
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