La Agonía del Corazón (X): Confesando al alba

 He visto las horas tiradas sin gracia en el suelo...

se cayeron del reloj, fue hace un cacho, creo...

y del ruido desperté a un sueño donde me perdono...

siento mis manos temblar, pero sé que en el fondo...


Solo es el sueño de un sueño de cuando quise ser mejor.


Duele la lluvia al caer y quema porque solo es polvo...

lo que cae del cielo entre mis brazos ya es solo humo...

lo que lloran mis ojos rojos, sales y astillas de cuarzo...

y lo que se quema dentro, no es carbón y nunca lo ha sido...


Se queman en la rabia los "Te Quiero" que nunca te he dicho.


Cantando por la calle, busco en pájaros de alambre algo de sentido...

a toda esta locura que es zumo de amargura al no estar contigo...

llorando en una esquina, vistiendo esta sonrisa de mimo... 

yo soy

ese mendrugo de pan reseco y tardío...

 

Y de cuerpo presente fui elegido presidente de un vecindario carcomido.

 

Pero todo esto es un engaño, yo celebro la vida a diario...

buscando completar este aviario, de pájaros de plumas de amianto...

peligro no tocar, si me desvelo al recordar el brillo de tu pelo...

sabiendo que no te volveré a abrazar, con gusto lo hace el miedo...

 

De recordar el día en que dijiste... que todo esto se podía evitar.

 

 Ahora, vivo adicto del humo del recuerdo...

de cuando todo era más hermoso y más cuerdo...

una simple línea de imágenes de colores felices sin el negro...

que mancha las vidas, la sangre y todo lo que llevo dentro...

 

Y que bonita es la calada cuando el fuego quema menos.

 

Y que importa si al final el fuego ya se hizo humo...

los blancos y negros ya son solo humo...

el brillo de tu pelo se fue volando por el cielo...

y tu vida y la mía  se separaron en la curva del sendero...

humeante, mi fuego se puso a cantar y ahora solo es humo...

 

Humo perdido en una noche viuda del color negro.


 

 

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