A orillas del Lea.

Y a la orilla del Lea me dormí en sus corrientes.
Prisioneras de las algas, mueren junto a los peces.
Caballitos y moscones, carroñeros me parecen.
Y la ruina abandonada, bajo la maleza desaparece.

Y en la orilla del Lea, no soñé cuentos salvajes.
Ni vi tritones, nutrias, garzas o ranas verdes.
Solo maleza y algas, cortinajes siempre presentes.
Insectos desafinados, tierra parda y aguas malolientes.

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