Esquivando torpedos.

El agua fría, golpea con fuerza.
Y nos hundimos hace tiempo en cienos oscuros.
Donde la luz y el tiempo se perdieron por completo.

Y el tiempo pasó, sagrado, tozudo.
Arrastrándonos a los dos a aguas revueltas.
Evitando con bruscos giros los torpedos.

Y el casco gimió bajo la presión de rendirse.

Pero la alegría llegó con la luz del día.
Y en lo más profundo, abandonamos el fondo.
Para descubrir la luz reflejada en bolsas y botellas.

Y en el interior la presión nos hizo llorar.

Y en el fondo marino.
Avanzamos a ciegas, siguiendo a las medusas.
En pausadas carreras hacia aguas más tibias.

Y las algas enredaron las hélices oxidadas.



Cuadernos de bitácora a bordo del submarino clase Aegis "Bastión". Última anotación.

Nuestro tiempo voló en los más profundo de los abismos. Donde la luz roja del oxígeno agotándose era nuestra única fuente de cordura. Cuanto te ahogaste en las noches en las que el abismo te devolvía la mirada? Cuanto deseaste salir a nadar con esas medusas hasta que sus luces se apagasen y tu, por fin sin cargas ni misión, te deslizases al fondo?

Ahora, toda esa pesadilla termina. Y las estrellas destellan en lo alto. Abrimos la escotilla, dispuestos a enfrentar el final en lo más profundo.

Y debo decir que nunca vi una playa tan hermosa.





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