Última observación: Tempestad.

Con una caja de noctamid que lleva mi nombre a punto de concederme el dulce sueño eterno que tanto deseo... no me parece bien irme sin dejar una despedida acorde a lo que realmente he sido siempre: un cero.

A la derecha o a la izquiera, poco importa. Lo cierto es que en el pasado traté de quitarme dos veces la vida y no lo conseguí por mi cobardía inherente. Doy gracias a ello porque de lo contrario nunca habría experimentado los regalos de la existencia...

Aunque todos hayan sido mentira.

Mi máxima siempre ha sido: Ayudar a los demás para ayudarme a mi mismo, esa es la esencia. Y desde que dejé atrás las neblinosas vías del tren de Monforte, he vivido acorde a ello. El reiki, las drogas y otros factores me ayudaron a encauzar éste pensamiento vital hacia derroteros en los que creí influencia positivamente a ciertas personas. La vida me sonreía y por suerte, mi camino estaba despejado y las tinieblas eran parte del pasado.

Un parte desvanecida, cicatrizada.  Sabéis que? Me equivoqué. He estado ciego durante todo éste tiempo y ahora comprendo que todas las observaciones anteriores iban encaminadas hacia éste punto: a destapar el pastel.

TODOS LOS CATALIZADORES ANTES MENCIONADOS NO ERAN NADA MÁS QUE UNA JARRA DONDE ENCERRAR TODO EL DOLOR Y LAS HERIDAS... y ahora, ahora la jarra está quebrada y la oscuridad mana libremente.

Lo que me lleva a la conclusión de que todo ha sido una mentira. Yo pensaba que estaba sano, no de cuerpo (eso ya no es posible) pero al menos de mente... y no es así. No soy más que el ridiculo espantajo que siempre he sido. Nada más que un triste fantoche tirado en medio de un campo, destrozado tras un vendabal...

Es demasiado doloroso.

Es demasiado doloroso saber que nunca he ayudado a nadie, es demasiado doloroso saber que nunca me he ayudado a mi mismo, es demasiado doloroso saber que todo ha sido una mentira.

No puedo más, lo siento. No puedo... lo siento... no puedo seguir adelante con un cuerpo enfermo y una mente rota. Con uno de esos factores, el camino es largo, con dos...

Aterrador.

Lo siento pero esa caja de noctamid me espera...

Y no me gusta llegar tarde a mi última cita...

LA tempestad ha llegado y yo ya no tengo fuerzas para resistirla.

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