Observación Pi: Delirio (7 de Junio de 2017)


En una noche como ésta: solitario, agotado con la enfermedad colgada a la espalda como un mandril sudoroso y pesado y con un fondo de piano de cadencia y humor variable resonando en el cerebro sin intermediarios... Uno reflexiona profundamente, al compás de la música, como ha ido el devenir de su última espiral. Ahora, cuando el fuego de la espiritualidad queda reducido a unas pocas brasas y la aguda y asfixiante sombra del cinismo regresa a mí. Se sopesa en el aire, un vago aliento, una brisa dorada de música lejana desenfrenada que augura un futuro prometedor, en un verano lleno de caminos iluminados por linternas.

Pero como todas las ilusiones. Al intentar atraparla con los dedos, se difumina y diluye en la sombra cínica y familiar, mientras el que sueña se pregunta... "Por qué?"

Sabe perfectamente la respuesta, pero como en todo, no es más que un embaucador que sólo se engaña a sí mismo. Tal es su sino, en la más tierna de su existencia, decretado por una larga cadena de jueces de ojos severos: Genética de muy atrás que encadena y crea el falso destino.
Y aún así, se permite, con todo lujo de detalles, seguir soñando, incapaz de ver más allá de las sedas que lo envuelven. Como un conductor al volante que cae presa del necesario y letal sueño y representa un peligro para todos pero también para sí mismo. Milagrosamente, sigue conduciendo al borde del precipicio, por una de esas carreteras apabullantes de perú, sin reparar en que en cualquier momento caerá y dejará el sueño para siempre jamás.

El buen señor Dante decía en sus escritos que el hombre nunca debe vituperarse a sí mismo por ser innoble y vergonzoso. Por ello, no hay una de cal sin otra de arena y éste delirio no es excepción.
Porque quizás, sólo quizás, el sueño, del que tanto ha escrito y que tanto ha amado... sea la verdadera prisión que impide que la larva se torne mariposa y que la mariposa al morir, se transforme en dragón.

Sólo quizás, el viento que sopla más allá de la ventana sea mejor que el olor a pies, a podrido y a aire viciado que guarda su cuarto de sueños. Más probable me parece que la vida se vea mejor desde la ventana del comedor que desde la ventana de Firefox.

No lo sé. Solo digo que es posible.El tiempo lo dirá.
Por ahora, mientras la hora o el cambio está por llegar. Se limita a entrever un pequeño anticipo en esas brisas de verano que erizan su piel, en esas vistas de árboles centenarios y montañas más viejas que el tiempo donde el sol se retira a dormir cada noche y la luna busca eternamente a su amor verdadero mientras ignora a todos sus amantes, sin importar sexo, especie o condición (Salvo quizás al lobo).

En esos momentos. Cuando descubre las maravillas que siempre han estado ante él. Sueña con despertar, a ese lugar extraordinario.

Ese que algunos llaman Mundo Real.

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