Octavia

Octavia sabe a zumo de uva.
Y es extraño. Pues la canción gira silenciosa...
revelándose poco a poco...
en una amplia sonrisa extraviada.

La cuerda, la cuerda y la nota clásica...
dan vueltas y vueltas en medio de una sutil electrónica.
Una canción amable y desenfadada...
que da fruto a un poema dando vueltas.

Acuosa, se desliza ascendente en una línea...
fina y ligera como el aire que mueve una nube plomiza.
No hay más final que el propio punto de partida
Octavia, es eterna.


Comentarios

Entradas populares de este blog

La Muerte del Corazón (XIV): Quiebro de Caracoles.

Todo va a ir bien...

Y si te caes...