Este lugar no es más que el cagadero mental al que van todos los desechos que escribo.
Llevamos más de siete años sin un comentario y está bien así.
Siéntete en tu casa.
Hay palabras para la tristeza. Palabras para el desánimo. Palabras para el dolor. Pero hoy sus gritos no silenciarán el corazón. Los piés sobre la silla, desnudos o calzados, once de la noche y merece la pena que suene de tu ser radiofónico un suspiro de satisfacción. Afuera llueve, el aire es frío. Pero ah... café, un libro y de fondo algo muy chill. Almohada perfecta para dejar pasar el tiempo. Has trabajado duro. O quizás no y simplemente estás cansad@. Sin reproches. Haremos de este nuestro rincón al ritmo de los suaves beats que inundan la habitación. Disfruta. No te ralles. Tienes mi palabra de que es lo mejor. Cierra los ojos y déjate tragar a los bajos fondos de la cama o el sofá. Sin buscar respuestas, sin perseguir brujos o brujas. Solo disfrute, solo descansa. Solo existe.
Pechei a pechadura con forza, sentindo na gorxa Os seus pesados pasos do outro lado da porta. Pero por arrebato do destino non me din conta. Que tentei pechar O Lobo nunha casa abandonada Lume, dor... ó sentir o aroma da súa pestilencia. Como dez cachuchas tiradas nunha zanxa deixadas dez días cubertas de vermes e auga. Peste negra, Matavacas, non me preguntes a resposta. A unha pregunta que xa sabes que está morta. Asasinada por un cobarde que a rematou pola espalda. Culpable!, ¡Son culpable de ser eu!, ¡De perdela! Era todos os paos das cartas da miña barallla E agora aquí estás, Peste. Porque non quero seguir na partida. Entón, unha poderosa, áspera e húmida pata. Arrincoume o aire aplastándome contra a porta. "Non me culpes a min de querer cambiar o amor por mentira" Dixo cunha voz alén das tumbas e a neve recén nacida. "Eu só son a sombra que vive baixo a túa cama" "A nube que mata o sol da túa fráxil alba" "Non a lingua traidora que
Hoy yo te he visto bailar. Como los derviches en el desierto. Girando sin moverte del sitio. Como un peonza que nadie quiere parar. Profunda armonía y envidia. De ritmos que no son imitables. Sabores profundos en pasos geniales. Tu alma es la de la mejor bailarina. Cuantas caídas han hecho falta? Miles de bocas sabiendo a sangre... y a polvo. Y todas arriba de nuevo sobre una magullada rodilla... porque puede que el bailarín caiga. Pero nunca se detiene el ritmo. Y si te caes volverás a incorporarte. Con una sonrisa torcida. Y una mano amiga para levantarte. Y si te caes, no llegarás a rendirte. Pues es una lección cada caída. Y estaremos ahí para ayudarte. Hoy yo te he visto danzar. Como los derviches en el desierto. En equilibrio casi infinito. Como si fueras un sistema solar.
Comentarios
Publicar un comentario