Víctimas de un mal rey.

Los clavos internos no eran nuestros.

Y se demostraba, solo contemplando su diseño.
Había algo en él, ya premeditado.
Algo no acorde con las emociones interiores.
Algo artificial, creado por otra voluntad...
que no era la nuestra.

Eran cientos de clavos, los que esparcidos por la habitación...
marcaban el lugar donde sus dueños se desvanecían.
Y qué se hizo del primero de ellos?
El clavo del huésped número uno...
seguiría descansando en el polvo?

Quizás por no tener ojos, cuanto más pensaba en nuestro destino...
más me convencía a mi mismo, de que todo cuanto veía...
era parte de algo, algo planificado por una mente deforme.

Quién podía condenar a alguien a algo así?
la respuesta, huía de mi mente, incapaz de concebirlo.
Y el tiempo seguía pasando, con los viejos enloqueciendo...
y los nuevos arrojando sus cascarones a las entrañas de la máquina.

Llegó un punto, en que tropezaron con mi cuerpo.
De forma casual.
Y entonces, me pregunté si yo también sería...
un tributo más a su hambre infinita.

Y no me equivoqué.

Lo supe cuando me alzaron hacia su centro.
Y en su interior aullaban todos mis predecesores.
Quemados uno a uno, en una búsqueda infinita de luz y calor.
Sus clavos internos, como brasas candentes...
ardiendo para siempre en un fuego sin llama.

Entonces me pregunté, qué pasaría conmigo...
ya que mi Clavo, mi única posesión real...
yacía donde me encontraron, enterrado en mis lágrimas...
Sin él, qué pasaría?

Lo comprobé segundos después

Comentarios

Entradas populares de este blog

Todo va a ir bien...

A merced do lobo. (Galego)

Y si te caes...