Que habrá en el fondo de aquel mar?

Si me dijeran que fue un sueño
No podría negarlo.
Si me dijeran que nada fue real.
No podría negarlo.
Me queda el recuerdo de mis lágrimas.
El salado testimonio de lo vivido.

Que habrá en el fondo de aquel mar?
Aquel que se comió las islas y creó de la playa...
Un desierto de tonos pardos y diámetro eterno...
El cielo gris, la lluvia caliente... No parecía verano.
Las ropas de ambos empapadas, caminábamos desesperados...
en busca de algo que ignorábamos.

Que habrá en el fondo de aquel mar?
Aquel paraje donde la vida casi nos dejamos.
La dulce llamada de las olas, las sirenas cantando en las rocas...
Quienes eramos para resistirnos... seres perdidos... seres inexpertos.
Extraviados en otros mundos, en distintos tiempos.

Y yo aún hoy me pregunto:

Que habrá en el fondo de aquel mar?
El que en la misma noche, me alzó de mi saco...
Gracias Jacobo, por detener mis pasos.
De haber atendido a los cantos, de haber seguido mis impulsos...
Estos versos los cantarían los cangrejos desde mis carcomidos huesos...
En el fondo de aquel mar olvidado.

Recuerdo:

Recuerdo las ciudades en la arena.
Las vastas civilizaciones, los imperios decadentes.
Borrada en segundos su existencia por el oleaje.
Las historias primales esculpidas en las tablas de madera.
Mis ojos pudieron contemplar grandes verdades...
Ojalá pudiera recordar...
Las historias de aquellos murales.

Recuerdo mi mano y la tuya.
Como hermanos, unidos para no perdernos.
Unidos ante eventos extraños, sin importarnos, sin juzgarnos...
Perdidos en mares nunca explorados.
Quizás debiéramos quedarnos con ellos?
Con las voces de los ahogados, seguir sus pasos...
Y aprender sus secretos entre algas y cangrejos.

Y yo aún hoy me pregunto:

Que habrá en el fondo de aquel mar?
Ya nunca lo sabremos.
Huímos de un mundo nuevo, de la oferta de aquellos seres extraños.
Que con la voces de los vientos.
Nos llamaban a sumergirnos, a dejarnos llevar.
Durante aquellos largos años.
Muerte, vida y tiempo eran vocablos inútiles y estúpidos.

Somos.
Era lo único importante.
Por encima del clima, de la llamada del oleaje.
Del largo tentáculo que se perfilaba en el horizonte.
De las ciudades de arena, de los murales en las tablas...
Somos, dos almas conectadas.

No lo olvides nunca.
En mi siempre hallarás ayuda y consejo.
Ese es mi regalo.
Por aquellos milenios caminando por la playa.

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