Segunda Observación.

He aquí que veo el filo del día.
Veo ante mí una estrecha rendija.
Que es puerta. Que es leyenda.
Que es ciencia perdida...
La entrada a una dimensión paralela.

He aquí que veo tintes exógenos y espectrales.
Veo seres innombrables
Entidades ignotas e indescriptibles.
Todas ellas en espectros de perdidos colores...
Superiores a asignaciones terrenales.

He aquí que veo sus pasos.
Entre estos y otros muchos mundos.
Decenas de crepúsculos he contemplado...
Pero... afirmo...sin duda... que como este..
No he visto ninguno.

Y la dama de plata.
contempla mi rostro perdido desde lo alto.
Cerrándose en una delgada sonrisa de limón.
Gajo celestial de tonalidad amarillenta.
Que nunca jamás ha pedido perdón...
Por haber cautivado a tantas almas con tu aura.

He aquí que danzo a la sombra.
En silencioso tributo a la más brillante fruta.
Con una sonrisa plasmada y la gracia del oso.
Me despido de la puerta con la mirada...

Para regresar algún día...
La garantía es dada.

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